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Thursday, 2 November 2017

Viajar, para qué?

Viajamos, sí... pero... para qué?
Para encontrar o para encontrarnos? Y si no es ninguna de ellas?
O puede que las dos sean correctas?

Mi ansia de no se qué me llevó a buscar. Buscar qué?
Ni idea.
Bueno, a lo mejor sí. Todo. Lo quería todo.
Eso me pasaba por no tener nada.
Cuando todo lo encontré, luego me di cuenta que...
solo NADA anhelaba.

Y si con nada, ya lo tenía todo,
por qué lo busqué todo, cuando ya la tenía?



Experiencias... es lo que de verdad anhelamos.

Experiencias que llenen nuestro corazón, nuestra alma. Pero a veces no lo entendemos. Damos más fuerza y prioridad a aquello que nos han hecho creer. A lo que nos han enseñado, consciente e inconscientemente. Muchos viven en cárceles de agua y viento que obligan a nuestra luz a encerrarse dentro de nosotros. Pero a veces pasan cosas que no entendemos, que nos duelen o que nos hacen sufrir.




Cuando conseguimos que el dolor pase nos damos cuenta que con la pérdida hemos encontrado la llave que desdibuja nuestra carcel y podemos dejar que nuestra luz brille con la intensidad que necesitamos.

El viaje es necesario. Lejos o cerca, no importa. El viaje nos sirve para ver lo que es importante. Para perderlo todo y encontrar la NADA.


Edgar Tarrés Falcó
www.sonidoalquimico.com
www.mindfulkit.com

Thursday, 9 July 2015

El Danubio y Arvo Pärt, en Budapest

Hay momentos en que notas cada paso que das... que sientes el aire que entra dentro de ti y te da vida para seguir caminando lentamente... fijándote en los tonos ocres, ámbar y azulados que segundo a segundo van cambiando...




Mientras el tema de Arvo Pärt, Tabula Rasa, llena mi alma con sus notas, la vista del sol cuando va desapareciendo detrás del Bastión de los Pescadores y la Catedral de Sant Matías, convierte el momento en único... singular... Uno de esos momentos que todo se para y solo estás tu y la belleza.



Si te encuentras en Budapest, te recomiendo un paseo al lado del Danubio, viendo el sol ponerse y escuchando Arvo Pärt... te aseguro que tu alma, te lo agradecerá.





www.edgartarres.com

Monday, 22 June 2015

Goa Mama Coffee

Hacía tiempo que no compartía ningún lugar singular. Y después de unos días en Budapest voy a publicar algunos artículos seguidos de esta magnífica y tan querida ciudad.

Un lugar donde desayunar o almorzar. Una decoración impecable, hasta el último detalle cuidado. Original, Singular y muy apacible. Unos pasteles, bollos y galletas hechos in situ, totalmente artesanales y con ingredientes muy cuidados. Buenos tes, cafés y zumos naturales. Así es Mama Goa.




Está conectado con una tienda de muebles y accesorios para el hogar. Y todo su mobiliario, se vende. Tienen piezas muy bonitas y originales. Es un estilo muy artesanal y rústico, con mensajes positivos y, la verdad, es que da muy buen rollo. Lástima que cuando miras los precios... En fin...



Está situada en Kirali utca (utca es calle en hungarés, y va siempre detrás del nombre. Se pronuncia utza). Y alrededor está lleno de tiendas, restaurantes y albergues y apartamentos, normalmente llenos de gente joven, que dan mucha vida a este viejo barrio, ahora transformado por sus innumerables bares y pubs nocturnos.

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Tuesday, 29 October 2013

El Danubio bajo el Bastión de los Pescadores, Budapest.

Para mi, hablar de Budapest es como hablar de mi mismo... Es uno de esos lugares que no puedes dejar de visitar, nunca. Hay gente que piensa que con los muchos lugares que hay en el planeta, repetir destinos es un error. Y les doy la razón, en parte. Porque también pasa que hay sitios que te atrapan, que tejen un extraño nudo con tus sentimientos, provocando que cuando te marchas, sientes que dejas algo a tus espaldas... y que tienes que volver a buscarlo, aunque no recuerdes dónde lo dejaste.

El hecho de volver más de diez veces a Budapest, y otras partes de Hungría, claro, hace que algunas rincones se conviertan en "extraña y placenteramente rutinarios". Que te reconozcan cuando vas a comprar el desayuno e incluso puedas responder en húngaro, le da un valor que considero muy importante. Porque así, es como pienso que se empieza a conocer un país y el viajar coge otra connotación mucho más profunda.

En Budapest tengo unos cuantos rincones singulares. Y para empezar compartiré mi preferido: Caminar siguiendo el Danubio por el lado de Pest al ponerse el sol. Y por si no fuese suficiente, escuchando la Tabula Rasa (puedes clicar para escucharlo) de Arvo Pärt.
 



Recuerdo una tarde de finales de octubre, bien abrigado con mi anorak, escuchando música con mi Ipod recién comprado. Volviendo de la Isla Margarita, dirigiéndome al centro antes de llegar al Parlamento, de pronto levanté la cabeza cuando alguna cosa distorsionó mis pensamientos.



Por un lado, el sol se estaba poniendo detrás de la Iglesia de San Matías, detrás del Bastión de los Pescadores. Y por otra, Arvo Pärt hacía sonar su magnífica Tabula Rasa. Los colores, la vista, la música... aunque tópico, no puedo decir otra cosa que fue mágico. Así de fácil y sencillo.



Ese instante, cuando el frío empezaba a hacer estragos, un extraño calor arropó mi corazón... algo así como cuando te enamoras... de forma fugaz... porque en poco tiempo, el sol ya había marchado y la luz desaparecía ante mi deseo de vivir ese momento una y otra vez. Volvía Arvo Pärt, pero ya no era lo mismo...

Otras veces que he vuelto, que no hacía frío, la verdad es que la experiencia no fue la misma. Una experiencia se nutre de muchos pequeños detalles que la hacen única. Por esto vale la pena vivirlo intensamente cuando pasa y que tu corazón quede bien impregnado. De esta manera, un tiempo después, podrás compartirlo con la misma pasión que lo viviste.

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LA MEJOR TORTILLA DEL CAMINO - O CEADOIRO

 Cuando te encuentras caminando unos 22 kilómetros de media cada día, la comida se convierte en un momento muy especial. Bueno, a lo largo d...