Tuesday 17 December 2013

País Dogón, un rincón africano increible.

Sentado en la playa de la Rubina, en la Badia de Roses, sobre las 6h de la mañana... después de estar toda la noche charlando con amigos en el magnífico chiringuito de l'Agus, esperando ver salir el sol (que por cierto, ahora que caigo, este es otro rincón a tener en cuenta...). Buena música, buen ambiente...

Y cuando el cansancio empieza a martillear la cabeza, el buen amigo Xavi Díaz me pide si le puedo acomapñar, junto a seis colegas más, a pasar quince días en el corazón del País Dogón.

"Me lo tengo que pensar..." Titubeé. Y al llegar a casa, ojeando la revista Altair dedicada a Mali, no tardé ni cinco minutos en enviarle un SMS para decirle: "venga, vamos!"

Así, tres meses más tardes, con un grupo estupendo de la Jonquera i una buena amiga de Cadaqués, llegamos a Bamako sobre las 2h de la madrugada. No entraré en detalles de la dificultad de alquilar un vehículo para ir hacia Mopti, ni porqué a las 8h de la mañana aún estábamos en el aeropuerto... Pero al cabo de 35h de salir de casa, por fín, llegamos a un bonito hotel de Mopti, a punto para dormir en su terraza bajo la luna y en la tela mosquitera.

A parte de visitar Djenné y alquilar un bote para pasar tres días en el río Niger y visitar el lago Debó, el País Dogón me enamoró solo al empezar a caminar. Fueron cinco días andando entre sus pueblecitos, sus cabañas colgando de las rocas, su calor y su calma. Aunque era noviembre, la temperatura alcanzaba los 50º, hecho que nos obligaba a descansar durante las horas más fuertes de sol. Tumbados en tumbonas de mimbre a la sombra, pasábamos muchas horas así, "sin hacer nada".






Si tienes un trabajo en el cual te pasas el día viendo gente, haciendo contactos, planificando, diseñando y gestionando proyectos... Unos ratos sin hacer nada, se agradecen mucho. Pero, todo tiene un límite. Había momentos que el agobio empezaba a ser desmesurado, que los libros ya no servían y escribir era más que una rutina... Pero lo más interesante es ver qué pasaba después de esta situación. De golpe, la mente se ponía en orden o desorden, depende de como se mire, y se convertía en una máquina de creatividad que hervía sin parar. Ideas, pensamientos diferentes, soluciones a problemas que se acumulaban...

Y lo difícil que es encontrar estos momentos en nuestro día a día. Vivimos sumergidos en un atolladero de tareas que no nos permite vivir de la forma más saludable, ni con el estilo de vida que nos permitiría trabajar mejor. A veces, sentados en Rincones Singulares que nos permiten vislumbrar que otra vida es posible, tenemos la esperanza que poco a poco vamos a ir cambiando, eso sí, para mejor. :)



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Friday 13 December 2013

London seen by Chessie Pox

En este artículo descubriremos el Rincón Singular de Chessie, una amiga que nos conocimos hace muchos años en Rumanía, y que hemos ido manteniendo el contacto a lo largo de todo este tiempo.

Nunca ha sido de grandes palabras, que lo compensa, como vereis, con sus magníficas fotos. Así que, dada su naturaleza, hay mucha más información en sus fotos que en su texto....

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London
The city of wondering clouds. The city that opens up doors and settles wondering minds. The city of hope and plans and projects, of beautiful nature and interesting people. The city that makes me smile and makes me ask myself questions. The land I found my heart in again and found family. The land that seems right to start growing roots on. The city where the self discovery road continues…

La ciudad de las nubes pasajeras. La ciudad que abre sus puertas y acoge mentes que van arriba y abajo. La ciudad de la esperanza, planes y proyectos, de bonita naturaleza y gente interesante. La ciudad que me hace sonreir y hacerme preguntas. El país que encontré mi corazón y familia. El país en el que siento que puedo empezar a hacer crecer mis raices. La ciudad donde el autodescubrimiento continua...






Más info en su blog: http://poienitapox.wordpress.com

Chessie Pox

Thursday 28 November 2013

Lucca, un rincón singular en el corazón de Italia

El tren desde Pisa no dejaba mucho tiempo para ojear la guía de la ciudad. Los días anteriores no tuve mucho tiempo para mirarme los tesoros que este rincón italiano me estaba a punto de ofrecer.

Sus calles estrechas, con edificios algunos viejos, otros antiguos, hacían que cada búsqueda de iglesias, plazas, Duomos, etc. se convirtiera en un juego. Detrás de cada angosto recodo se abría el espacio que dejaba paso a San Michele, el Duomo o San Frediano, por citar algunas. Construcciones que, con el contraste de las sombrías calles, parecían hechas con halos de luz que te insuflaban aire con que maravillarse por su infinidad de detalles y majestuosidad.

Otro detalle curioso, y que a mi gusto esta ciudad ha ganado muchos puntos, es el hecho de que las marcas de tiendas que estamos más acostumbrados a encontrar por doquier, no fueran presentes. Ni Zaras, ni Pull and Bears, Springfield, Bershkas... nada de nada... La mayoría, tiendas italianas o de otras marcas que no tengo tan presentes. Genial. Para mi, otro atractivo a admirar.

A medida que la noche se dejaba caer los transeuntes se iban multiplicando, hasta el punto que pasear por la calle Fillungo se complicaba por momentos. Así que éste fue el momento de perderse por los callejones estrechos y tiendecillas originales. Así, vagando sin rumbo encontramos la casa museo de Puccini, cerca de la catedral de San Michele o el anfiteatro.





Sin tener tiempo para cenar, el tren no esperaba para volver a Pisa y visitar la torre al día siguiente. Cosa que me supuso la mención The Best Photo of the Day de #instapisa por la siguiente foto:





Monday 25 November 2013

Cala Rustella, el Rincón Singular de Joan Juanola

Hoy voy a compartir el Rincón Singular de un buen amigo, Joan Juanola. Le agradezco mucho que se haya molestado (aunque sé que no ha sido mucha molestia ;) y me haya contado este lugar tan especial en Roses, Costa Brava. (Si quieres compartir tu Rincón Singular, ponte en contacto conmigo en edtarres@gmail.com)


"Unos dicen que al llegar a cierta edad es aconsejable que uno vuelva a la infancia, a los recuerdos de inocencia, a la felicidad, a las agradables experiencias....una especie de compensación por los años perdidos intentando maquillar tensiones, estrés, agobios. Otros dicen que es mejor no abandonar ni olvidar nunca el niño que llevamos dentro y así no hacer en las trampas que nos tiende la vida. Yo me siento un ser afortunado ya que hace mucho tiempo que recuerdo mi infancia, ciertos momentos, y al mismo tiempo sigo jugando muy a menudo con ese niño travieso que llevo dentro. Unas aficiones que me gusta compartir con las gentes a las que quiero a los que suelo llevar a mi paraíso particular, mi rincón singular, mágico, telúrico. Y tanto es ello así que ya he dejado bien claro, preciso y conciso que cuando me vaya quiero que mis cenizas se queden ahí para toda la eternidad, en  Cala Rustella.



Ya de pequeño iba allí. Mi padre era el encargado de la finca y los domingos del boom pre turismo de los sesenta toda la familia subía a la moto para disfrutar soledades y picnics memorables. Obviamente esa sabiduría i “savoir faire” los he transmitido a mis hijas y a mi mas allegados familiares y/o amigos llegando al extremo de plantar la tienda de camping y quedarnos ahí unas semanas: Una dicha hoy en día prohibida por los rituales crematísticos-consumistas.




Últimamente voy muy a menudo y no precisamente para tomar medidas o elegir lugar idóneo. Lo mío es ya más bucólico. Cerca ya de los sesenta, en el paro y sin posibilidad alguna de retomar no sé qué trenes, tengo mucho tiempo para dedicarme a las dos pasiones de mi vida, leer y hacer fotos. Mi espíritu, alma o como se diga eso que me empuja hacia allí, me lo agradece día tras día, ya que así reencontramos la paz, la tranquilidad y comulgamos intensamente con el entorno, con esa naturaleza que sentimos cada día más y más viva. Y todo ello gracias a haber leído por ahí que para contactar con el interior con es necesario adoptar posturas raras, ni destrozarse la columna vertebral ni arruinarse con incienso, alucinógenos o estimulantes químicos. Basta con sentarse tranquilo y respirar profundamente. Y eso hago y a ello me dedico, es como dejar que las olas me pasen y besen, que las nubes vayan a lo suyo y vuelen, que el sol o la luna me acaricien, y todo con un claro objetivo: que se calle ya de una vez, que deje de mandar, de imponer, de dirigir, de reclamar caprichos efímeros, banales.




Gracias a La Rustella, la naturaleza vive en mi, mi espíritu mi alma gozan y viven plenamente el instante, el momento y todo ello porque sus ritmos, su latir, su respirar invitan siempre y a toda hora a que la mente pare, calle. Pues eso. Que calle."

Joan Juanola


Monday 18 November 2013

La gente singular hace un lugar singular? Perdido en las calles de Rodos, Grecia.

Hay lugares que se convierten en singulares dependiendo de la época del año en que vayas.
Y Rhodes, una de las maravillas del Dodecaneso, es una de ellos.

La primerva vez que aterricé en esta ciudad fué en verano. De lo peor que nunca había visto. Calor, turismo excesivo, exageración de todo... Claro está que todos los prejuicios se infundaron antes de entrar en la muralla medieval.

Volver en invierno (para acabar de desarrollar el proyecto) fue como encontrar un tesoro. Con todas las ideas preconcebidas, tópicos y todo lo malo que te puedas imaginar, las bajas temperaturas lo cambiaron todo.

No había nadie, calles desiertas, todo cerrado... Pero esta soledad fué un bálsamo que me permitió descubrir, de otra manera, cada rincón de esta maravillosa ciudad.



Sus calles son laberintos donde vagar sin rumbo... El tiempo se detiene y, por momentos, uno pierde la noción de la hora y del año en qué se encuentra. Calles atemporales gastadas. Recobecos de la historia que tiñen cada piedra que pisas. Calles estrechas llenas de exclamaciones por sus numerosos detalles artísticos que el tiempo, con su paciente quehacer, se ha encargado de esculpir con la mayor de las maestrías. Tiendas, restaurantes y tavernas con ambientes y productos especiales acaban de deleitar a los que nos dejamos llevar.



Y aunque todo esto sea especial, nada hay como sus gentes. Gente que convierte cualquier cena o copa en un momento que nunca olvidarás. Hacer amigos que perduran en el tiempo, que cuando los vuelves a ver después de casi 10 años y sientes que el tiempo no ha pasado. Continuas como si hubieras estado con ellos la noche anterior.



Habrá alguna relación entre entornos singulares y la gente que los habita? Yo creo que sí... que un espacio singular no puede existir sin personas singulares. La gente que hace las cosas bien hechas pone su alma en ello, y esto, se nota, vayas donde vayas.

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Friday 15 November 2013

Momentos que nos enseñan que tenemos que cambiar... Reflexiones en Pushkar, India

Hoy que la fría Tramuntana ha hecho bajar las temperaturas de verdad y el invierno ha asomado su nariz (no era muy normal ir en camiseta en noviembre), me he acordado de un rincón muy singular. Un rincón que he visitado cada vez que he ido a la India. Un lugar caluroso que cuando se pone el sol, uno siente un calor que va más allá de la propia temperatura y siente su alma abrigada.

Pushkar, en el Rajhastan, es de esos lugares, para quién no lo conozca, que tiene sus detractores y sus enamorados. No entraré en discusiones ni juicios. Voy a hablar de un rinconcillo de la ciudad que se transforma en el momento de decirle al Sol, hasta mañana.



Este pueblo está construido alrededor de un lago que los indues consideran sagrado. Y en uno de los Ghats, que queda cerca de la entrada del pueblo, a medida que el sol va desapareciendo por detrás de las colinas más cercanas, empieza a aparecer gente, tanto autóctonos como extranjeros, para ver un gran espectáculo. La naturaleza con la ayuda de los humanos, construye un rincón singular donde vivir una experiencia personal de esas que sedimenta lentamente en el fondo del corazón y la memoria.

Sentados en la terraza de un hotel, en unos sillones de caña o mimbre bastante castigados por el tiempo, mientras tomamos un buen te indio, unos músicos se sientan delante del ghat con sus tambores. Silencio sobrecogedor.

Los tonos amarillentos y claros dejan paso a los ocres y ámbares mientras las sombras van apagando la luz, y la música de los tambores empieza a sonar. Cada golpe de percusión es un acto de respeto y conciencia. Tum Tum... Estar en el aquí y ahora... Tum Tum... No hay nada más... Tum Tum... Ver la luz desaparecer... las casas blancas y de tonos pasteles que se van borrando y difuminando... Tum Tum... las siluetas de los músicos se confunden con las sombras... Es un momento muy íntimo, que aunque vayas acompañado, sientes que es tu momento, de plena conciencia.



Es de esos momentos a lo largo de cualquier viaje que sientes que tienes que cambiar cosas... que cuando vuelvas lo harás todo diferente... Es un momento que solemos pensar en las cosas que hacemos mal y que podriamos mejorar... el problema es que, normalmente, a la vuelta, la realidad que hemos construido se nos impone. Seremos capaces de cambiar esta realidad?

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Tuesday 29 October 2013

El Danubio bajo el Bastión de los Pescadores, Budapest.

Para mi, hablar de Budapest es como hablar de mi mismo... Es uno de esos lugares que no puedes dejar de visitar, nunca. Hay gente que piensa que con los muchos lugares que hay en el planeta, repetir destinos es un error. Y les doy la razón, en parte. Porque también pasa que hay sitios que te atrapan, que tejen un extraño nudo con tus sentimientos, provocando que cuando te marchas, sientes que dejas algo a tus espaldas... y que tienes que volver a buscarlo, aunque no recuerdes dónde lo dejaste.

El hecho de volver más de diez veces a Budapest, y otras partes de Hungría, claro, hace que algunas rincones se conviertan en "extraña y placenteramente rutinarios". Que te reconozcan cuando vas a comprar el desayuno e incluso puedas responder en húngaro, le da un valor que considero muy importante. Porque así, es como pienso que se empieza a conocer un país y el viajar coge otra connotación mucho más profunda.

En Budapest tengo unos cuantos rincones singulares. Y para empezar compartiré mi preferido: Caminar siguiendo el Danubio por el lado de Pest al ponerse el sol. Y por si no fuese suficiente, escuchando la Tabula Rasa (puedes clicar para escucharlo) de Arvo Pärt.
 



Recuerdo una tarde de finales de octubre, bien abrigado con mi anorak, escuchando música con mi Ipod recién comprado. Volviendo de la Isla Margarita, dirigiéndome al centro antes de llegar al Parlamento, de pronto levanté la cabeza cuando alguna cosa distorsionó mis pensamientos.



Por un lado, el sol se estaba poniendo detrás de la Iglesia de San Matías, detrás del Bastión de los Pescadores. Y por otra, Arvo Pärt hacía sonar su magnífica Tabula Rasa. Los colores, la vista, la música... aunque tópico, no puedo decir otra cosa que fue mágico. Así de fácil y sencillo.



Ese instante, cuando el frío empezaba a hacer estragos, un extraño calor arropó mi corazón... algo así como cuando te enamoras... de forma fugaz... porque en poco tiempo, el sol ya había marchado y la luz desaparecía ante mi deseo de vivir ese momento una y otra vez. Volvía Arvo Pärt, pero ya no era lo mismo...

Otras veces que he vuelto, que no hacía frío, la verdad es que la experiencia no fue la misma. Una experiencia se nutre de muchos pequeños detalles que la hacen única. Por esto vale la pena vivirlo intensamente cuando pasa y que tu corazón quede bien impregnado. De esta manera, un tiempo después, podrás compartirlo con la misma pasión que lo viviste.

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Saturday 26 October 2013

A Peu de Pàgina, libros singulares en Barcelona

Barcelona, entre otros muchos encantos, tiene el de sorprenderte por sus pecualiares, y como no singulares, pequeños comercios que te hacen olvidar del tiempo. Pequeños espacios que te recuerdan anhelos que están esperando...

Llibreria A Peu de Pàgina es uno de ellos...



Esta peculiar librería tiene el encanto de tener unas ediciones de libros que no se encuentran en grandes superfícies o otras librerías no-especializadas. A Peu de Pàgina está especializada, pero no en libros, no... Su especialización es el espacio que ha creado... La sensación que tienes cuando entras... Su espacio de literatura infantil... Las ediciones de nuevos creadores, escritores, editores... Todo con mucho gusto y un estilo muy singular.



Situado en el corazón del barrio de Sarrià, en el carrer Major, una vez al mes, organiza encuentros con nuevos escritores, talleres, y que ayudan a fomentar la lectura... Podrás encontrar más información de sus actividades en www.apeudepagina.com.






Si eres amante de la lectura y te gusta lo relacionado con la literatura, encontrarás objetos originales para regalar, tanto a grandes y pequeños.


Si tienes prisa, mejor deja la visita para otro día, porque seguro, que no llegarás a tiempo a tu cita. 













Sunday 20 October 2013

Contes Savis, un racó singular a Besalú.

Caminant sense rumb... passejant sense objectiu pels carrerons ombrívols de Besalú, vaig fer una troballa que poc m'esperava... Un racó creatiu molt singular.

Una entrada fosca i rústica on a mesura que t'hi vas endinsant els ulls es van acostumant a l'atmòsfera que t'està a punt de rebre. Colors càlids, gustosos i melodies suaus et transporten a una botiga que és molt més del que vol aparentar. Tot allò que cal per crear és allà. Però no només llàpisos, aquarel·les, guixos, llibretes de tota mena, tintes... contes, llibres... instruments musicals exòtics... pintures, quadres, fotografies... tallers de pintura, de música, contes... no només això, no...

Alguna mena de musa s'endinsa en el més profund d'un mateix i desperta sensacions, records, anhels i "allò que volia fer, però...". Una invitació a recollir-se en el silenci i treure la creativitat que tots portem dins.

A vegades necessitem descobrir espais com aquest per no oblidar i tenir molt clar què és el més important.






Si algún dia us deixeu caure per Besalú, no us la perdeu... val la pena deixar-se portar pel seu ambient...

Contacte amb la botiga i més info: www.contessavis.org

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Saturday 19 October 2013

Comunicación: Siempre recibirás lo que das. Una bonita anécdota de hoy.

Esta mañana, al salir de mi segunda clase de japonés, y al pasar por la Rambla de Figueres, me he encontrado con la sorpresa del mercado semanal de antiguallas y cosas de segunda mano. Al pasear por las paradas, me he parado justo delante de una que vendía libros. En primera fila había uno de Sebastià Serrano que me ha llamado la atención. Y más lo ha hecho cuando al abrir la primera página para hechar un ojo al índice, he visto que tenía un "punto de libro" muy original: un billeta de 20€.

Mi primer pensamiento ha sido cerrarlo, cogerlo, pagarlo, y sin perder dinero, aún ganaba alguna cosa. Pero no, la sensación que he sentido, no era agradable para nada.

Así que he llamado al tendero y se lo he enseñado. Y cambiando su cara de golpe y porrazo se ha alegrado mucho. Nunca antes le había pasado. Yo creía que a lo mejor devolviendo cambio, se le había escapado, pero no. Ese billete ya vino dentro del libro cuando lo compró. Pués sí, se ha alegrado mucho y no ha parado de explicarlo a toda la gente que había alrededor. "Hoy ya me puedo pagar la gasolina de venir hasta aquí" decía. Y solo esto, ya vale la pena.

Le he preguntado que cuánto valía el libro, y él, sin pensarselo, me lo ha regalado. Cosa que me ha hecho mucho más contento de lo que ya estaba.

Lo más bonito, es que este libro es "El Regalo de la Comunicación", del autor que antes he nombrado. Un verdadero regalo.

Esta anécdota relata la importancia de la comunicación, que es mucho más que hablar y escuchar. Comunicación es interesarse, hacer y expresar lo que realmente se siente haciendo lo posible para que todo siga su orden natural. Cuando hay armonía, todo fluye, y nos entendemos mucho mejor, aunque hablemos lenguajes diferentes.


Wednesday 4 September 2013

Crisis? O falta de memoria.





A veces nos empeñamos a no ver más allá de nuestras narices. Y otras, las dificultades constituyen verdaderos muros. Pero sea lo que sea, nos agazapamos y encerramos en nosotros mismos. Esta gran crisis está consiguiendo que muchas personas se anulen y se convenzan a sí mismas que no hay nada que hacer.

Parece que ya no nos acordamos cuando éramos pequeños, y hacer el esfuerzo de aprender a caminar costituyó un esfuerzo muy grande. Y aprender las tablas? Y a leer? Y tantas muchas cosas que nos sacó de nuestra zona de confort y y seguridad y nos empujó a cambiar.

Sin este cambio, hubiesemos perecido. La zona de confort lleva al immovilismo. Y éste, si nos ponemos dramáticos, a la muerte.

El cambio ha sido una constante en nuestra vida. Y superarlo, el factor que nos ha llevado a mejorar y triunfar. Ahora, no podemos olvidarlo.

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Sunday 23 June 2013

Vivir

El que pretende tener toda su vida programada no es tan feliz ni llega tan lejos como el que vive según sus pasiones.


LA MEJOR TORTILLA DEL CAMINO - O CEADOIRO

 Cuando te encuentras caminando unos 22 kilómetros de media cada día, la comida se convierte en un momento muy especial. Bueno, a lo largo d...